Como muchos de vosotros sabéis, un grupo de feligreses de esta parroquia hemos peregrinado a la ciudad de Roma desde el 20 al 24 de julio. ¿Ha hecho calor? Mucho. ¿Nos hemos cansado? Mucho. ¿Ha merecido la pena? Más. Sin lugar a dudas ha sido una oportunidad extraordinaria para conocer y entender la llamada ciudad eterna, la de los césares, y también la de Pedro y Pablo.
Desde el coliseo a la basílica petrina, pasando por los foros y la plaza Navona. Recorrer las calles llenas de historia y los lugares que hablan de la fe y el testimonio (martirio) de los primeros cristianos.
Compartir la comida y las risas, el cansancio y la celebración eucarística en lugar emblemáticos. Todo ello ha constituido, para quienes hemos podido ir, un momento de gracia y de encuentro con Dios.
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